Todo el mundo tiene su pedrada.
Y ciertamente es una gran verdad, cuanto más conozco a la gente más me doy cuenta de cómo da en el clavo. Todos están, en mayor o menor medida perjudicados, taladrados, tocados... La cordura, lo normal, no existe, no es más que un mito.
Es más, recientemente he tenido una pequeña revelación y me siento capacitado para perfeccionar ese axioma. Agarráos los machos poque aquí viene el
Corolario de Gaueko:
Todo el mundo tiene su pedrada,
y la mía NO es de las más gordas.
¿Podéis sentirlo? Es mi ego en expansión...
Gracias Red Sonja.
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