06 mayo 2012

Lecturas de Marzo y Abril

No he tocado un sólo libro en todo marzo. En cambio Abril ha sido más animado. Veamos:

1 - La metamorfósis de Kafka:


No es la primera vez que me lo leo y aun así me ha dejado la misma sensación de watefak que al acabarlo que la primera vez. ¿Qué cojones acabo de leer?

Por si alguien aún no lo conoce trata de un tío que se despierta y es un escarabajo. Ese es todo el argumento.

Lo cierto es que cuesta buscarle un sentido, saber qué trataba de decir exactamente Kafka con ello. Podría ser una crítica a la sociedad actual, que nos deshumaniza. El protagonista mantiene a su familia, incluso paga una deuda de sus padres con el trabajo. Pero en el momento en que "enferma" y pasa a ser una carga y depender de ellos se convierte en un monstruo. Le tienen asco y miedo, le odian y se alegran cuando se muere.

Otra posible lectura sería el enfoque existencialista (si es que acabo de pillarle la vuelta a de qué va eso del existencialismo). Dios no existe y la vida carece por completo de sentido, tanto es así que un día podrías despertarte convertido en un bicho inmundo así, sin más, porque sí. Sin que el hecho tenga nada de trascendente ni especial. Y no es sólo que la vida siga sin tí, es que los demás van a estar mejor.

Un detalle que no me acaba de encajar es que parece que el prota muere porque deja de comer. Parecería que está deprimido si le sumamos que pierde poco a poco las ganas de moverse, pero en ningún momento se hace referencia a un estado de ánimo triste o melancólico.

2, 3 y 4 - Los juegos del hambre de Suzanne Collins:


Los 3 libros me duraron 4 días. Están bien escritos, enganchan y se leen con facilidad. Empecé a ver memes sobre ellos antes de que sacaran la película e investigando vi que estaban ambientados en una distopía, así que me picó la curiosidad y empecé a leer.

Tras una guerra civil el país queda dividido en 13 distritos + el Capitolio. Estalla una revuelta que el Capitolio aplasta. Somete a 12 distritos y al decimotercero lo aniquila a bombazos. Los distritos quedan condenados a vivir en la pobreza y a mandar el producto de su trabajo al Capitolio, donde nadan en la opulencia. Cada año se celebran para conmemorarlo Los juegos del hambre, un brutal concurso de TV. Cada distrito manda a 2 tributos, un chico y una chica adolescentes elegidos por sorteo, para que participen en la arena. Sólo puede haber un ganador, el que sobreviva  de entre los 24.

Me llamó la atención la idea de coger a críos y forzarles a matarse entre ellos. El tema de las alianzas (si formas un grupo podras durar más, pero tarde o temprano tendrás que matar a tus compañeros, o ellos te matarán a ti). Como distopía está bien, pero creo que no aporta nada al género.

- ¿Qué tiene de interesante?
- Que es una distopía sobre un estado totalitario y opresivo.
- ¿Y en ese aspecto aporta algo nuevo que no diera ya 1984?
- No mucho... Bueno, a parte de la sociedad oprimida de los distritos está el Capitolio, en el que la gente vive entre lujos completamente idiotizada por la tele y la moda.
- ¿Como en Farenheit 451?
- Sí. Además al mundo distópico le suma un reality show brutal en el que la protagonista las pasa putas para sobrevivir.
- ¿Algo que no saliera ya en El Fugitivo de King?
- Uhm... en vez de un adulto son 24 críos que compiten entre ellos.
- ¿Como en La larga marcha de King?
- Bueno, sí... pero en la larga marcha sólo tenían que sobrevivir a los otros. Aquí les obligan a matarse entre ellos.
- ¿Como Battle Royale entonces?
- Si...
-¿Y entonces qué es lo que aporta?
- Bueno, mete un triángulo amoroso y la protagonista no es capaz de aclarar sus sentimientos ni decidirse entre los 2.
- O sea, que su gran contribución ha sido coger las ideas de todas esas novelas distópicas y añadir Crepúsculo a la mezcla...



5 - Farenheit 451 de Ray Bradbury:



Tras acabar los anteriores me apetecía leer una distopía clásica, de verdad.
La sociedad de Farenheit 451 está totalmente desprovista de sentido, de trascendencia, de significado. Todos están idiotizados hasta niveles tan extremos que la gente no tiene conversaciones, sólo se sueltan frases hechas de la tele sin escucharse los unos a los otros. No tienen pensamientos profundos, hasta el punto que la omnipresente televisión no tiene ni argumento. Cualquiera que se desmarque se convierte en un proscrito social y es perseguido. Los libros están prohibidos y el cuerpo de bomberos se encarga de perseguir a los infractores y quemarlos todos.

De ahí el título: 451 grados Farenheit es la temperatura a la que arde el papel.

Es como si el autor se hubiera fijado en los parloteos en grupos de mujeres, en los que hablan mucho sin decir nada, y las charlas de bar sobre resultados deportivos de los hombres y se hubiera planteado: ¿Y si esta fuera la norma? ¿Y si toda la sociedad fuera así?

También me llamó la atención que las bibliotecas y las carreras de letras en las universidades desaparecieron no como un plan del gobierno para idiotizar a la población y manipularla mejor, sino porque la propia gente se fue acostumbrando. Con la tele dejaron de leer y cada vez menos gente iba esas carreras. Hasta que llegó el momento en que era absurdo seguir manteniéndolas.

Me ha gustado, aunque menos que 1984 y Un mundo felíz. No por ello dejo de recomendarlo.