19 abril 2017

Invirtiendo en mí mismo

Como expliqué en mi anterior post hasta ahora mi vida entera ha orbitado en torno a tener pareja. Y esto me estaba jodiendo vivo, siendo hora de renunciar a ello.
Pero renunciar a ese sol no implica quedar a la deriva por el espacio, hundiéndome en el frío absoluto y la soledad hasta no poder aguantarlo más. He de encontrar algo con que llenar ese vacío que llevo dentro antes de que me devore.

La mejor alternativa que he encontrado al Sunset Limited es invertir en mí mismo. Hacer cosas por y para mi. Dedicar mi tiempo a algo que me haga sentir orgulloso, realizado. Eso, en vez de emplear mi ocio como un anestésico y limitarme a distraerme para no pensar.

Dado que no tengo una pasión que me marque el norte elegir el camino a recorrer es más difícil que para otros. No tengo una meta concreta que haga obvia esta elección por lo que tras descartar el camino actual tengo que escoger otro basándome en las características del propio camino, más que en hacia dónde lleva.

¿Cómo es el que quiero recorrer? ¿Qué me hace sentir bien, satisfecho, orgulloso, lleno? Especialmente a largo plazo, en vez de ser un parche en el presente.

Leer. Tengo desde hace tiempo la lista de libros esenciales, principalmente los clásicos: El señor de las moscas, El doctor Jekyll y Mr. Hyde, Robinson Crusoe... Pero cualquiera vale. Leer es un fin en sí mismo.

Aprender. No leer sólo narrativa sino algo que me aporte conocimientos. Libros de divulgación, libros de texto de cualquier area de mi interés. Por ejemplo Sagan (ciencia), Asimov (historia), Jared Diamond (antropología), Platón/Russell (filosofía)... Continuar con la carrera de filosofía también parece buena idea, con el mismo planteamiento de antes: mi prioridad es aprender antes que sacar un título. De hecho coger asignaturas de cualquier tema que me llame la atención, independientemente de la carrera, parece cojonudo. No lo considero prioritario pero la satisfacción a largo plazo es digna de tenerse en cuenta.

Música. Ya forma una parte importante en mi vida. Descubrir grupos y canciones nuevas que resuenen conmigo es un placer. Y estoy jodidamente orgulloso de mi colección musical, seguir engordándola es apostar sobre seguro.



Aprender a tocar la guitarra: De nuevo, la música ya es una parte importante de mi vida, ¿por qué limitarme a escucharla de forma pasiva? Siempre me ha encantado el sonido de la guitarra, siempre he deseado saber tocar, siempre he envidiado a los que podían hacerlo. Considero la música como algo poderoso, como una fuerza de la naturaleza capaz de crear tempestades y huracanes. O al menos tiene ese efecto en mí. Ser capaz de crear emociones tan intensas en otros es ser un dios.
Además me vendría muy bien como desarrollo del carácter. Hasta ahora destaco por mi facilidad para abandonar cuando hay complicaciones, por centrarme en el presente sin planes a largo plazo y no hacer nada a menos que me aporte beneficios inmediatos. Aprender a tocar la guitarra implica invertir varios cientos de horas dando asco, sonando horrible, antes de empezar a recoger los frutos. No estoy acostumbrado a invertir a largo plazo, ni a hacer un esfuerzo constante en algo que en el momento es difícil y poco gratificante. Me vendrá bien.

Seguir escribiendo. Mi blog, mi pequeño espacio en el mundo donde puedo mostrarme como soy, vomitar mis penas o cualquier cosa que me pase por la cabeza totalmente en público, pero al mismo tiempo de forma anónima. Se ha convertido en un viejo compañero de fatigas con el que compartir mis preocupaciones o aquello que me interese. En una cabaña aislada en el bosque a la que ir cuando necesito refugiarme o simplemente calma para pensar. En un megáfono con el que puedo comunicarme con el mundo, a falta de algo mejor.

Hace poco detallé qué posts me hacen sentir orgulloso, y habría que destacar los "grandes" proyectos. Los que implican investigar, analizar, ordenar ideas y exponerlo todo de forma coherente. Implican trabajo pero compensan. Creo que es buena idea potenciar el trabajar en esos temas de interés. Especialmente el actual, desde hace unos años, de antifeminismo.

¡Cocinar! Sí, sonará raro. El caso es que alimentándome soy un puto desastre, puedo subsistir a base de cereales y pizza congelada. Por eso cada vez que me lío y preparo un plato algo elaborado (tampoco esperéis ninguna extravagancia) me siento orgulloso. Especialmente si sale rico.

Y por último no me haría mal empezar a cuidarme un poco, me haría sentir mejor, más a gusto conmigo mismo. Nada tan drástico como cuando me apunté a judo y acabé meando sangre, pero hacer algo. Un poco de ejercicio en casa y salir a caminar de vez en cuando. Quitarme la cocacola y beber más agua. No picar entre horas. Comer más fruta. Dejar de fumar sería todo un logro. La verdad, con lo poco que me cuido es un milagro que no esté como un tonel y acarreando una bombona de oxígeno. Mis análisis salen bien, pero de seguir así no por mucho más tiempo.

Este es, tras renunciar a la fantasía imposible y nociva de una vida perfecta en pareja, el mejor camino que puedo imaginar para mí mismo. No es el que deseo ni el más fácil de recorrer pero sí el que más me puede beneficiar a la larga. No espero cambios mágicos ni dar un giro a mi vida de lanoche a la mañana. Tan sólo es dar un paso. Y luego otro.