18 agosto 2010

Descubriendo los altramuces

Para quien no lo sepa los altramuces son un fruto amarillo que recuerda al maíz dulce, al menos en apariencia.


Tambien se les conoce por "chochos".
Acabo de descubrir (con gran horror) que su sabor no tiene nada de dulce, en realidad se parece mucho al de las habas.

He investigado un poco. Al parecer se usa para cebar al ganado. Empezamos bien, como aquella vez que probé el pienso para las perras... Están llenos de alcaloides (como la cocaína, morfina, cafeína...) y tienen efecto neurotóxico y hepatóxico.

Se pueden consumir como aperitivo (aunque no veo quién querría hacer eso con su sabor "por defecto") si se tienen al menos 12 horas en agua para quitarles los alcaloides. Eso explica por qué el bote de altramuces está lleno de caldillo. Lo que desconozco es si el agua elimina esos alcaloides o si simplemente los saca del altramuz quedándose disueltos en el caldillo, en cuyo caso echarse un trago podría tener efectos divertidos.

Si se tienen un par de horas en agua salada parece que se les va el amargor de haba. He puesto algunos en remojo en plan experimento, aunque sospecho que estarán igual de asquerosos. Si me hacen vomitar me cagare en 7 generaciones de los ancestros de quien les puso un nombre tan sonoro para despertar mi curiosidad (me refiero a altramuz, no a chocho).

Actualización: tras varias horas en agua muy salada desaparece el amargor chungo. Quedan con su textura de maíz dulce pero sin sabor a nada. Quizá si los preparasen como los maíces tostados con sal... uhm. Me pregunto si se le habrá ocurrido a alguien antes...

4 comentarios:

Lluvia dijo...

Yo creo que no tienen arreglo, ni con sal ni sin ella. Saben asquerosos! xD

Gaueko dijo...

Tras tenerlos en agua salada no saben mal. Tampoco bien, no saben a nada :P

Anónimo dijo...

pues estan estupendos y me parece uno de los mejores aperitivos que existen. Sobre todo en la zona de extremadura.

bergamasco dijo...

Los niños de muchas generaciones,hemos tomado altramuces,pues se vendian en los puestos de pipas callejeros y no les haciamos ascos,todo lo contrario,nos gustaban,por lo que me alegro que la ciencia corrobore lo que la sabiduria popular,descubrio antaño