Vivo atormentado por el pasado. Pensando en todas las cosas que no hice. En las que hice y no debería haber hecho. En los errores que cometí y qué camino debería haber tomado en vez de ese. Una carga, un lastre, que me impide avanzar.
Dicen que no es sano vivir en el pasado, atrapado en los recuerdos. Si son buenos porque nunca volverán. Si son malos porque no se pueden cambiar.
Vivo aterrorizado el presente. Sientiéndome atado, atrapado en mi mismo. Incapaz de cambiar, de enfrentarme a mis miedos, de salir de ésta espiral. Me ahogo y no encuentro fuerzas para abandonar la posición fetal ni para dejar de sentir lástima y asco de mí mismo.
Dicen que vivir el presente no es bueno. Es necesario aprender del pasado, para no caer en los mismos errores. Y hay que pensar en el futuro, para no acabar como la cigarra.
Vivo abrumado por el futuro. Imaginándome igual que antes, e igual que ahora, solo que más viejo, más triste y más amargado, deseando que llegue el fin.
Dicen que no hay que vivir en el futuro, como la lechera del cuento. Éso son sólo sueños, y el futuro hay que labrárselo en el presente.
Y quienes me leéis y quienes me conocen diréis que siempre estoy con lo mismo, que parezco un disco rallado.
Debería espabilar de una puta vez. Debería ignorar mis miedos, he dicho bien, ignorarlos. Pretender superarlos de la noche a la mañana sería de locos. Debería dejar de llenar mi cabeza con esta mierda y tratar de ser más optimista. Debería darme cuenta de que no tengo motivos para sentir lástima y asco. Debería... debería.
Creo que necesito un cambio de enfoque, sé por dónde me ha llevado éste camino, dónde estoy ahora y hacia dónde me lleva. Voy a investigar algo sobre el budismo. Quizá esa sea la clave, dejar de desear lo que no he tenido, tengo ni tendré.
¿Pero por qué me parece que sería una renuncia? ¿Una forma de darme por vencido?
No me hagáis caso, mal día. Sin motivo
2 comentarios:
No te conozco, así que mi opinión vale casi lo mismo que una sopa bien calentita de helado de vainilla en pleno verano. De todos modos, diré algunas cosillas...
1º todos tenemos un pasado que desearíamos cambiar. Quizá parezca que exagere... pero dudo que haya alguien que, llegado cierto punto (a algunos les ocurre a los 16, a otros a los 20, a otros a los 50 y a otros a los 90), uno se da cuenta de que ha estado perdiendo el tiempo o se ha pasado de la ralla: el tiempo pasa, es imparable, y siempre querríamos haber hecho más cosas que no hemos hecho o por miedo o por pereza, siempre vemos que hemos cometido algún exceso o por estupidez o por ignorancia.
El problema es vivir encerrado en ello. Es normal que sientas nostalgia, repito que todos la sentimos en uno u otro momento... pero que le den a la nostalgia! Podemos pensar en el pasado, pero no recrearnos en ello... mientras pensamos en el pasado, perdemos un tiempo vital que podríamos estar aprovechando y que, en un futuro, lamentaremos. Círculo vicioso.
2º El presente es la mejor arma que tenemos para cambiarnos. Si nos consideramos inexpertos, estudiemos o aprendamos o leamos o ejercitemos lo que queramos ejercitar. Hay que vencer a la pereza diaria marcándose objetivos realistas y a corto plazo. Yo estoy empezando a hacerlo, en el ámbito literario y musical, principalmente.
Si lo que nos ocurre, por ejemplo, es algún miedo que tenemos... hay que analizar si ese miedo es REALMENTE IMPORTANTE. Si debería dominarnos como nos está dominando, si de él pende un elemento VITAL. Imagina que tienes miedo a ir a la discoteca... ¿Y QUÉ? ¿No hay planes alternativos? Puedes hacer mil y una cosas aparte y convencer a otros para que lo hagan.
Si tienes miedo, por ejemplo, al sexo opuesto... ¿Y QUÉ? No lo necesitas para sobrevivir, forzar las cosas en ese sentido es, para mi gusto DE TONTOS. A mí, si me viene una chica intentando ligar (o un chico), me parecerá alguien patético.
Nuestro objetivo en esta vida no es relacionarnos amorosamente y mantener relaciones sexuales hasta el punto de no poder hacer nada más que eso: el amor y el sexo DEBEN SURGIR, no debemos motivarlo.
3º El futuro... los sueños... a mí me encanta soñar, y reconozco que paso gran parte del día pensando en el futuro, planenando cosas. No creo que sea algo malo, como la nostalgia, pero tiene que tener un límite: recuerda que tu mejor arma ES EL PRESENTE, así que no lo descuides.
Eso sí, tampoco olvides soñar.
Sin más.
Gracias por tu comentario, de veras me ha ayudado mucho. De hecho ha "provocado" el siguiente post en cierta medida.
Gracias por leerme y por una respuesta detallada.
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