Midas era un aficionado

A veces me siento como un midas del desastre. En vez de convertir en oro todo lo que toco hago daño a la gente que me importa. Como si sus almas fueran un jarrón precioso y frágil y yo tropezase con él sin querer y lo rompiera en mil pedazos.

Trabajé de profesor en C.O.U. y ni uno solo aprobó la selectividad

Fui orientador en un colegio y todos los chavales abandonaron los estudios.

Fui a hacer ayuda social con drogadictos y todos cayeron de nuevo en la droga.

Ayudé a un amigo con una mudanza y murió aplastado cuando el armario que le ayudaba a subir por la escalera le cayó encima.

Traté de dar consuelo a un hombre deprimido y se suicidó

Quise cuidar la mascota de un amigo durante sus vacaciones y se me murió

Me ofrecí a fregar los platos y se me cayeron todos... era la vajilla de su familia.

Quise encender la chimenea y prendí fuego a su casa.

Me pidió consejo para invertir su dinero y acabó perdiéndolo todo.

Quise ayudar a alguien que me importa y sólo le hice llorar y sentirse peor

¿Por qué no paso directamente a clavar puñales en los ojos, astillas bajo las uñas, arrojarles a una bañera llena de cuchillas de afeitar, arrancar su piel a tiras y echar sal y vinagre en las heridas, violar a sus madres y hermanas, ahorcar a su perro, robarles la novia, provocar su despido del trabajo… ya puestos a joderles la vida al menos eso sería mucho más directo.

A veces la única diferencia entre un torturador sádico, cabrón y retorcido y yo es que él provoca daño y dolor a propósito…

No deseo hacer daño a nadie...

No soporto hacer sufrir a quien quiero...

:(